jueves, 9 de julio de 2009

“Love Story” de Arthur Hiller. USA. 1970

“Amar significa no tener que decir nunca lo siento”



Siempre me cuesta arrancar cuando trato de hablar sobre un libro, una película… las ideas vienen, las opiniones se cruzan y al decidirse a plasmar más o menos ordenadamente lo que se quiere decir, para que el receptor de ese mensaje entienda lo que se busca, se corre el riesgo de caer en divagaciones que nada tienen que ver (como es el caso). Esta película, que vi ya ni recuerdo cuando por primera vez, volvió a mis manos por casualidad recientemente y me he decidido a incluirla en este humilde blog porque llamó mi atención sobre un punto (a mi juicio muy sugerente) distinto en comparación a otras obras de su género en cuanto al enfoque de las relaciones de amor en el cine.

Al reflexionar un poco sobre el desarrollo de la trama se plantean dos posibilidades, una sería ver la historia de amor perfecta entre dos personas que tienen que superar dificultades (que no lo son tanto), enfrentarse a familias y, en fin, quererse a pesar de todo. Bueno, si esta fuese la opinión que le merece la película pues no pasaría de ser un drama más para ver después de comer y con el que los más sensibles (o sensibleros de lágrima fácil) podrían llegar a disfrutar. La otra opción, y esta es con la que me posiciono, sugiere una historia diferente.

Vamos por partes, a ver si consigo explicarme bien puesto que en mi cabeza esto tiene sentido pero escrito (limitaciones obligan) es otra historia. La película no es excesivamente larga (el metraje no alcanza ni los 100 minutos) y abarcan un período no muy amplio (no parecen más de tres o cuatro años) en los que la pareja pasa por las situaciones que se les podrían presentar a lo largo de toda una vida. He contabilizado no menos de ocho momentos que representan estas situaciones:

- El cortejo propiamente dicho, él va a la biblioteca donde ella trabaja, los juegos de ella al respecto de la posición de él, los partidos de hockey…

- Los enfrentamientos padre-hijo al respecto del futuro del joven.

- La presentación de ella a la familia de él.

- Las dudas de ella respecto a la diferencia de clases sociales.

- El tema de la religión y los ritos.

- Los problemas económicos que tienen que afrontar (no recuerdo otra película de este tipo ahora mismo donde se plantease que la mujer mantuviese al hombre y el tema fuese tratado con tanta naturalidad)

- El paso de él de estudiante a abogado acomodado casi repentino.

- La enfermedad.

Son temas que podrían tener por sí solos una entidad mucho mayor y buscar a través de ellos matices de la historia, oscilaciones en la vida de pareja, evolución de los personajes, mayor importancia de algún personaje secundario, etc. Pero nada de esto es el objetivo.

Solo la historia de amor es importante, pasan por estas situaciones tangencialmente, de forma apresurada. Uno y otro aceptan mutuamente sus decisiones, solo se enfatiza el grado de conexión que alcanzan, representando el ideal de la relación de pareja, la comunión entre dos personas, como una completa a la otra. Esta es un idea que se refuerza a través del apoyo que se prestan en las actividades que realizan al margen de la pareja.

La historia se desarrolla además cíclicamente, él actúa como narrador, mostrándonos como la magnitud de la pérdida refleja la grandeza de lo vivido. Es como una especie de defecto de fábrica del ser humano, cuando más conscientes somos de lo que hemos conseguido es cuando lo perdemos.

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