Termas de Vals de Peter Zumthor

" La construcción es el arte de configurar un todo con sentido a partir de diversas particularidades. Los edificios son testimonio de la capacidad humana de construir cosas concretas. Para mí, el núcleo propio de toda tarea arquitectónica reside en el acto de construir, pues es aquí, cuando se levantan y ensamblan los materiales concretos, donde la arquitectura pensada se convierte en parte del mundo real. "

Peter Zumthor “Una intuición de las cosas - 1988. Construido de materia” del libro “Pensar la arquitectura”, Ed. Gustavo Gili

Uno de los debates más recurrentes de la historia de la arquitectura es el referente a si esta debe estar supeditada a la función para la que fue diseñada o si la forma, un diseño o la representación de una idea, deberían ser los motores de la obra arquitectónica.

He aquí un ejemplo de obra arquitectónica que responde a ambas corrientes, pues es un edificio que soluciona, y muy bien por cierto, la necesidad asociada a la función determinada (en este caso unas termas) y por otra ofrece ese algo más. Como se puede comprobar en este artículo aparecido en El País Semanal del domingo 25 de mayo de 2009 de Juan José Millás, es un edificio inspirador de sensaciones, que proporciona la posibilidad de vivir esos espacios y no limitarse a estar en ellos. Es una obra arquitectónica que responde a una idea y a un modo de trabajar, que refleja la diferencia entre un técnico de la arquitectura y alguien que quiere expresarse y transmitir con lo que hace.

La idea motriz es la cueva, una perforación en la ladera de la montaña.

Maqueta realizada para el curso de Dibujo II de la ETSA A Coruña

La utilización de piedra de la zona, con la que están resueltas bastantes de las viviendas del propio lugar, para la construcción refuerza aún más el anclaje, no se pueden entender las termas sin Vals.

Como si estuvieras recogido en la propia cueva, desde el interior, mientras recibes los tratamientos propios de unas termas descubres el paisaje montañoso que todo lo impregna.

La visita a estas termas constituye una experiencia de principio a fin, el acceso a través de una carretera en medio de un acantilado (el viaje con un busero un poco ambicioso no es muy recomendable), el acceso a través de la ladera, los espacios interiores (hay unas pequeñas salas insonorizadas que son totalmente sugeribles) o el baño al aire libre en una piscina rodeado de un paisaje de alta montaña (nevado en muchos casos).