martes, 26 de mayo de 2009

Historias de Filadelfia, 1940


"La mejor vista de este bonito mundo es la de la clase privilegiada disfrutando"

El género de la comedia romántica sufre de bastantes prejuicios hoy en día, y la verdad es que tiene, a mi juicio, algunos problemas graves como que se ha perdido la parte correspondiente a la comedia (no imagino mucha gente que se pueda reír en un film de este tipo), degeneran en melodramas pseudo-románticos sensibleros y las actuaciones de los protagonistas carecen de la fuerza para hacerlos verosímiles.



Pos eso me gustaría sugerir esta película (adaptación cinematográfica de una obra teatral) como modelo o base para valorar los mínimos a los que deberían aspirar las películas correspondientes a este género. Para ello, son dos únicos puntos los que me gustaría destacar (hay evidentemente muchos más que se comprueban con su disfrute) y son la escena entre James Stewart y Katherine Hepburn en el jardín de la casa de esta última después de la fiesta y la actuación de la propia Hepburn.

Transcribo aquí la escena entre J.Stewart y K. Hepburn (se perderán los matices de las voces y las expresiones faciales) que considero una de las mejores escenas románticas que yo haya visto:

James Stewart: En tu interior hay magnificencia, Tracy

Katherine Hepburn: Ahora… me estoy avergonzando. Es curioso… Mike… vayamos…

JS. ¿Sí?

KH: No sé. Arriba, supongo. Es tarde.

JS: La magnificencia que emana de tus ojos y de tu voz y la manera en que estás de pie y caminas. Tienes luz interior, Tracy. Tienes fuego encendido en tu interior. Como el fuego de la chimenea, o el de un sacrificio.

KH: ¿No te parece que esté hecha de bronce?

JS: No, estás hecha de carne y hueso. Esa es la rotunda e infernal sorpresa. Tracy, eres la chica de oro, llena de vida, calor y delicia.

Vaya, ¿qué ocurre? Tienes lágrimas en los ojos.

KH: Cállate, cállate, Mike, sigue hablando. Habla ¿quieres?

JS: No, no… he parado.

KH: ¿Por qué?¿Te has vuelto a dejar regir por la cabeza, querido profesor?

JS: Menos mal, ¿no estás de acuerdo?

KH: No, profesor.

JS: Deja lo de “profesor”, ¿me oyes?

KH: Sí, profesor.

JS: ¿Es eso todo lo que soy?

KH: Claro.

JS: Estás segura.

KH: Pues sí, por supuesto.

En ese momento se besan.

Hay dos puntos clave en este diálogo, cuando ella le pregunta si no cree que es de bronce, acompañada de una cara donde se refleja un anhelo que va más allá de la respuesta, descubrir que tiene todo un abanico de posibilidades delante. Y cuando él parece perder el aplomo con el que se está declarando y ella responde retándole, apartándose y buscando una reacción que, obviamente, consigue.

La actuación de Katherine Hepburn resume todas las intenciones de la película, su figura angulosa preside todas las partes de la trama (especialmente sugerente su entrada en la piscina), en su cara aparecen y desaparecen las convicciones, las dudas y las esperanzas. Al comienzo es una mujer segura de lo que hace, que acepta un sacrificio para proteger a la familia, se rebela contra la llegada del ex pero las dudas surgen. El periodista le enseña un camino que no conocía y que creía fuera de su alcance. Por último, sus esperanzas se convierten en realidad y se obtiene el final de cuento que se espera de este tipo de producciones.


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