domingo, 26 de abril de 2009

"Una rubia de verano". Novela gráfica de Adrian Tomine

La representación de los derrotados sociales sirve como barómetro para valorar al conjunto de personas que conforman una sociedad, son elementos integrados en la dinámica productiva y social, con una participación más o menos activa del mundo, pero un mundo al que no pertenecen realmente, son casos que reflejan una dualidad entre el yo social (el que ven los demás) y el yo personal (ese que nos preocupamos de guardar bien protegido). Está la persona que somos y está la que deseamos ser, la que hace o dice lo que está fuera de nuestro alcance, reflejo de ese “superhéroe” que vemos en el comportamiento de otros. Esas imágenes proyectadas e idealizadas que tenemos generalmente ni siquiera se corresponden con la realidad, además él mismo tiene sus propias proyecciones en otros (o en nosotros mismos), tejiendo una red de lo que podría ser pero nunca es. En ese ámbito de representación de estos seres derrotados, que buscan esperanzas como asideros, buscando no ser devorados por su propia concepción del mundo, es por donde se mueve esta obra, con cuatro historias que podrían ser una y todas a la vez.



ALTER EGO. Un inicio prometedor es solo eso, refrendarlo es más complicado. Un escritor con una buena opera prima acaba boicoteado por sí mismo, una actitud que le lleva a destruir su relación y a limitar su carrera profesional, como escribe Milan Kundera en su libro La Identidad “… pocas cosas hay más detestables que engañar a los demás fingiendo una seguridad de la que se carece.”

RUBIA DE VERANO. La esperanza es lo único que queda para esos seres derrotados y la interpretación que se hace de los acontecimientos diarios es el alimento para esa esperanza. Cuando te enfrentas a la realidad tienes que enfrentarte a esas imágenes creadas y ves que esos personajes no existen y solo quedan las personas.

ESCAPADA A HAWAI. El problema de ir tirando intentando cumplir los objetivos que otros (padres, familia, amigos, …) tienen para ti es que al final descubres que no son los tuyos, lo que deviene un conflicto de intereses un tanto curioso, no te gusta dónde estás y la desorientación acaba por ser la vía por la que circulas.

AMENAZA DE BOMBA. El instituto es una etapa de descubrimientos, donde se practica para la vida posterior, donde se ensayan conductas supuestamente adultas, se comienza a salir al exterior, ahí se cometen los primeros errores y se tienen (los que pueden) las primeras experiencias en casi todos los ámbitos. La influencia sobre ti y tus actos probablemente sea en la etapa en dónde es más importante, actitudes y hechos que una vez madurado no repetirías son allí modelos de conducta y la manera de relacionarse nunca vuelven a ser como entonces (o nunca dejan de ser como entonces, no sé que será peor).


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