miércoles, 1 de abril de 2009

"Una palabra tuya" LINDO, E. 2005

“… Que raros son los recuerdos que nos hacen disfrutar de una felicidad de la que no nos dimos cuenta y con la que no fuimos felices…”

“… es un clásico dentro de los arquetipos humanos que hay en los trabajos, es un tío que le cae de puta madre a todo el mundo pero al que nadie toma en serio, que no inspira ningún respeto…”



Las historias narradas en primera persona tienen una ventaja, es más fácil sentirse inmiscuido. Cuando encuentras una con la que te identificas, o crees ver algo de ti, eso las hace especiales. Darse cuenta de que tu visión del mundo no es la única, que ni siquiera está cerca de ser la acertada (si es que esto existe) es uno de los apartados de la personalidad de cada uno en los que más se puede trabajar. Es muy bonito escuchar, yo te comprendo, te apoyo incondicionalmente, lo feo es que no ocurra de verdad. El problema de todo esto es que es objetivamente imposible ponerse en el lugar de otro. Sus circunstancias personales, de las que normalmente se tiene una visión parcial, sus miedos o complejos, ahí sí que ya solo se puede suponer. Por eso están tan idealizadas las relaciones humanas, porque los equipos ayudan a tapar los defectos. Uno podría olvidar (o mejor ignorar) sus propios complejos, esos miedos inconfesables (por su propia definición nadie más los sabe) si se encuentra en un entorno dodnde se siente confiado o si sus expectativas (estaría bien saber si todo el mundo tiene claro lo que espera de la vida y los que no lo tienen son excepción, o si la duda está más bien generalizada) se cumplen, aunque sea solo en parte.

La impresión del que aquí escribe es que la normalidad es no tener ni idea de lo que se quiere. Por eso cuando consigues algo que anhelabas, normalmente no te parece para tanto o vas perdiendo el interés. Supongo que visualizar los objetivos sería un buen punto de partida, saber lo que se quiere más allá de un placer o “sentimiento de la felicidad” pasajero.

Por eso son importantes los libros y su elección, no puede ser totalmente una coincidencia la elección de determinadas obras en determinados momentos, porque acompañan estados de ánimo, te aportan visiones diferentes o, simplemente, te ayudan a olvidarte de la realidad y adentrarte en el imaginario del autor.

En este caso, algunas ideas sobre a que dedicarse en la vida cuando no tienes ni idea de lo que quieres, cuando los hechos no cumplen tus expectativas y tú tienes una imagen de ti mismo que no se corresponde con la de los demás. La cercanía de uno consigo mismo no te deja ver que la culpa de lo que le pasa a cada uno acostumbra a ser responsabilidad de uno mismo, al menos en los entornos donde vivimos (por el mundo adelante ya veremos). Las circunstancias personales no pueden marcarnos de esta manera, los objetivos, si de verdad lo son, están para ir a por ellos, sino, pues eso, las circunstancias te aplastan y solo puedes ir hacia abajo, culpar a los demás y no ver más allá.

Es una buena enseñanza que extraer de esta lectura, normalmente los que nos rodean tienen sus propios problemas y lo llevan lo mejor que saben, empeñarse en que todo está contra uno no parece la mejor de las tácticas pero a veces es inevitable. La protagonista, después de tanto drama, algo inverosímil según que pasajes, parece comprenderlo y sigue adelante, eso estaría bien, entenderte a ti mismo (en vez de tanto juzgar a los demás) y poder seguir adelante, después ya se verá.


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